El maquillaje no es sólo cuestión de imagen. Si se utilizan productos de buen calidad y en la forma adecuada, sus beneficios para el cuerpo y la mente son muchos.
Por ejemplo, mantiene la piel hidratada y la protege de la polución, el sol y el viento. Asimismo, es un accesorio inocuo, lavable y sin consecuencias y más económico que, por ejemplo, las joyas. Por otra parte, aumenta el autoestima, ya que resalta los rasgos agradables y disimula lo que usted no desea mostrar, y por su textura y perfume es agradable de usar.Para que funcione de verdad, el maquillaje debe fundirse con su personalidad y no parecer una máscara. Por eso es muy importante saber mirarse en el espejo, reconocerse con defectos y virtudes y no olvidar que los parámetros sociales de la belleza son pasajeros. Es cierto que los rasgos familiares no pueden elegirse, pero sí somos responsable por la condición en que mantenemos nuestro cuerpo, en este entorno, el maquillaje se convierte en una aliado en lugar de resultar con frivolidad.
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